12.29.2013

LO DE LOS MAGOS TUVO SU CHISTE

LO DE LOS MAGOS TUVO SU CHISTE

  • Porque no es nada fácil bajar un día de la azotea de la casa de uno, decirle a los padres o a la esposa y a los hijos que acaba uno de ver una estrella, que esto quiere decir que se tiene que ir uno al Occidente.
  • Tampoco es nada fácil y agradable oír lo que esos seres queridos le dicen a uno cuando se enteran de que, además de emprenderla a Occidente, se va a llevar su oro, su mirra y su incienso. Y para acabarla de amolar, que se va uno con sus cuates que también son magos.
  • Y menos fácil aún es dejar a os padres o a la esposa y a los hijos hechos un mar de lágrimas, abandonar las comodidades que se tienen en casita, subirse al camello y dirigirse, a través de todos los peligros del desierto, hacia Occidente.
  • Cumplir con la voluntad de Dios no es, pues, pana fácil.
 Como tampoco lo es decidise un día a dedicar un tanto por ciento a los ingresos para dárselos a una familia pobre... o decirle a los familiares y amigos: "Me voy al seminario" o "Me voy de religiosa"... o romper una relación personal indebida... o decirle a Dios que sí en eso que cada uno de nostros nos está pidiendo, quizá desde hace mucho tiempo...

No es fácil cumplir la voluntad de Dios, pero ¿por qué no les pedimos a los Santos Reyes -que ciertamente no fueron reyes pero sí santos y que saben bien lo que cuesta darle gusto a Dios- que nos ayuden a subir al camello y a emprenderla... para donde Dios quiere que la emprendamos?

Texto tomado del folleto dominical El día del Señor, de Buena Prensa, número 680, 6 de enero 2013

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