Dios mío, que conservaste libre a la bienaventurada Virgen y Mártir Santa Lucía, entre las llamas del fuego
que la rodeaban y la habéis dado a vuestros fieles cristianos por singular protectora contra las enfermedades de los ojos, defendedme por sus méritos e interseción de incendios en las casas y de movimiento de ir en nuestros corazones y asistid benigno a nuetra espiritual y corporal vista, por Jesucristo, Amén.
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