Seas bendito Niño hermoso,
Dulce prenda de mi amor
con el alma te bendigo
y te doy mi corazón.
Son tus ojos dos luceros
de santísimo fulgor;
es tu boca linda rosa
que despide suave olor.
Tus cabellos envidiaría
si los viera el mismo sol
cuando asoma en las mañanas
coronados se arrebol.
Es tu pecho blanca nieve
un volcán de inmenso amor;
que ha encendido con su fuego
tu divino corazón.
Dame Niño hermoso
tu divina bendición
en señal de que has oído
mi humildísima oración
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