Dios y Señor mío, con toda la humildad a mí posible, vengo a pedirte un favor, valiéndose de los grandes merecimientos que tuvo tu gran siervo San Ramón, por el ejercicio heroico de su humildad profunda. Con ella, abatido por amor tuyo, alcanzaba de tí lo que te suplicaba. La misma pues, humildad de tu santo te ofrezco, para que por ella me hagas de tal manera humilde, que por tu amor deje mi propia estimación, abatiéndome en todo hasta la menor criatura.
Y así mismo te ruego, te dignes concederme para gloria tuya y salvación mía, la merced que te pido.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario